La estimulación cerebral profunda es una técnica que se utiliza desde hace 20 años para aliviar los temblores en algunos casos de Parkinson. Más recientemente, los neurocirujanos están explorando la posibilidad de usarla también en otras patologías como la depresión grave, el trastorno obsesivo compulsivo o, incluso, el Alzheimer.
EL MUNDO 09-03-2013.
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